En otro post hablaba acerca de Bruner y los procesos de aprendizaje motivados en la creatividad y la motivación del propio niño, el aprendizaje por descubrimiento, ahora trataremos otra teoría basada en la observación como punto de aprendizaje.
Los estudios e investigaciones de Bandura acerca del aprendizaje observacional mostraron que los niños son capaces de aprender muchas cosas sin necesidad de realizarlas ni de recibir un refuerzo de forma directa, simplemente por la observación de la conducta de los demás y por la imitación.
Los componentes del aprendizaje por observación son:
- Adquisición y atención: el niño observa el modelo y reconoce los rasgos de la conducta.
- Retención y codificación simbólica:el niño almacena las conductas del modelo.
- Ejecución y reproducción: el niño acepta la conducta como correcta y con opciones de una recompensa o consecuencias positivas y la reproduce.
- Consecuencias: las conductas que reproduce pueden llevarle a consecuencias positivas o negativas.
Su experimento más famoso, donde explicó su teoría, fue el llamado “muñeco bobo”, realizado en 1961, y fue pionero en la observación de la conducta de agresividad en los niños. Bandura grabó este experimento en el cual se veía a un adulto golpeando a un muñeco inflable con aspecto de payaso para después enseñárselo a un grupo de niños y poder, así, observar su reacción.
La base de dicho experimento era demostrar que algunas conductas eran aprendidas por los niños a raíz de la imitación de modelos adultos. Participaron 36 niños y 36 niñas, de entre 3 y 5 años de edad, alumnos de la guardería de la Universidad de Stanford.
Se organizaron en tres grupos, 24 fueron expuestos al modelo agresivo, 24 al modelo no agresivo y los restantes al grupo control, después cada grupo fue dividido por sexos para que la mitad de estos estuvieran expuestos a la conducta de adultos de su mismo sexo y la otra mitad a la del sexo contrario.
Individualmente, tanto en el grupo agresivo como no agresivo, cada niño observaba las acciones que el adulto realizaba al muñeco bobo.
En el modelo agresivo podían ver cómo el adulto jugaba con los juguetes que había en la sala durante un minuto y después comenzaba a tener un comportamiento agresivo con el muñeco (le pegaba, insultaba, usaba un martillo de juguete para golpearle, etc.)
En el modelo no agresivo podían ver cómo el adulto jugaba, tanto con los juguetes como con el muñeco, de forma natural y pacífica.
El grupo de control no veía ningún tipo de vídeo.
Después de esto, cada niño fue pasando por la misma sala y con los mismos juguetes, y fueron grabados para que quedasen registrados sus comportamientos.