Cuando tu pequeño alcanza el hito de los 6 meses es el momento de introducir la alimentación complementaria, también conocida como alimentos sólidos. Esta emocionante fase del desarrollo de tu bebé puede ser a la vez fascinante y abrumadora.
Entender la alimentación complementaria
La alimentación complementaria consiste en la introducción gradual de alimentos distintos de la leche materna o de fórmula en la dieta del bebé. Desempeña un papel crucial en el aporte de nutrientes esenciales para el crecimiento y el desarrollo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la leche materna o de fórmula debe seguir siendo la principal fuente de nutrición durante el primer año.
Cuándo empezar
Los expertos recomiendan empezar la alimentación complementaria en torno a los 6 meses de edad. Para entonces, la mayoría de los bebés han desarrollado las habilidades necesarias para manejar los alimentos sólidos. Es fundamental esperar hasta este hito del desarrollo para asegurarse de que el aparato digestivo del bebé puede digerir los nuevos alimentos con eficacia y que el organismo tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.
Señales de preparación
Estate atento a estas señales para determinar si tu bebé está preparado para la alimentación complementaria:
1. Sentarse sin ayuda: Mantener la postura de sedestación con apoyo, la capacidad de sentarse erguido con una ayuda mínima indica que tu bebé ha adquirido suficiente control para empezar a comer sólidos.
2. Aumento del apetito: Si tu bebé parece insatisfecho sólo con la leche materna o de fórmula y muestra interés por tu comida, puede ser señal de que está preparado para explorar nuevos sabores.
3. Reflejo de empuje lingual: Debe desaparecer el reflejo de extrusión (expulsión de los alimentos no líquidos con la lengua). Cuando la lengua empuja la comida fuera de la boca, significa que el reflejo de deglución del bebé aún no está desarrollado. Espera a que este reflejo disminuya antes de introducir alimentos sólidos.
4. Movimientos de masticación: Observa la capacidad de tu bebé para imitar movimientos de masticación. Esto indica que está empezando a desarrollar las habilidades motoras orales necesarias para los alimentos sólidos.
5. Ser capaz de coger comida con la mano y llevárselo a la boca.

Alimentos recomendados
- Purés de un solo ingrediente:
Comienza con purés de un solo ingrediente, como puré de plátano o verduras cocidas blandas. Esto permite a tu bebé explorar distintos sabores y texturas sin abrumar sus papilas gustativas.
- Alimentos ricos en hierro:
El hierro es un nutriente importante para el crecimiento y el desarrollo de tu bebé. Ofrécele alimentos ricos en hierro, como purés de carne, legumbres o cereales enriquecidos con hierro, para garantizar un aporte adecuado.
- Introducción gradual de alimentos alergénicos:
Investigaciones recientes sugieren que introducir antes alimentos potencialmente alergénicos puede ayudar a reducir el riesgo de alergias. Considera la posibilidad de introducir gradualmente alimentos como los huevos y el pescado, siguiendo los consejos de tu pediatra.
Técnicas de alimentación
- Empieza con porciones pequeñas:
Comienza con una porción de comida del tamaño de una cucharadita y aumenta gradualmente la cantidad a medida que tu bebé se sienta cómodo comiendo sólidos.
- Mantén un ambiente relajado:
Crea un entorno positivo y agradable para la alimentación. Evita las distracciones y deja que tu bebé se centre en la comida.
- Ofrécele una variedad de texturas:
A medida que tu bebé progrese, introduce alimentos triturados, picados y finamente troceados para ayudarle a desarrollar sus habilidades masticatorias.
- Fomenta la autoalimentación:
Introduce gradualmente alimentos para comer con los dedos y permite que tu bebé se alimente solo, fomentando su independencia y el desarrollo de su motricidad fina.
Consejos para una transición satisfactoria
- Sé paciente: Recuerda que se trata de un proceso de aprendizaje para tu bebé. Al principio puede mostrarse reacio o escupir los nuevos alimentos. Ten paciencia y sigue ofreciéndole diversas opciones.
2. Sé constante: Establece horarios de comida regulares y cúmplelos. Esto ayuda a crear una rutina y garantiza que tu bebé reciba una dieta equilibrada.
3. Mantente seguro: Evita los posibles riesgos de asfixia, como los frutos secos, las uvas o los trozos de comida dura. Corta los alimentos en trozos pequeños, del tamaño de un bocado, y evita cualquier alimento que tu bebé pueda tener problemas para tragar.
4. Consulta a tu pediatra: Si tienes alguna duda o pregunta sobre la nutrición o las prácticas alimentarias de tu bebé, consulta a tu pediatra para que te asesore de forma personalizada.
Recuerda seguir las señales de tu bebé y progresar a su ritmo. Disfruta de esta emocionante etapa de exploración de nuevos sabores y texturas, fomentando hábitos alimentarios saludables que beneficiarán a tu pequeño durante toda la vida.