Entre los cuatro y cinco años los niños ya han adquirido los aspectos más importantes del lenguaje, aunque les queda mucho por delante aún, ya que aparece la escuela, los amigos, la televisión, Internet, los libros y diferentes lecturas, los idiomas, etc.

Con el comienzo de su aprendizaje en la lectura y escritura se abre un nuevo acceso hacia diferentes lenguajes, como puede ser el  matemático, aumentando su vocabulario.

No debemos olvidar que cada niño lleva un ritmo diferente de aprendizaje, con lo que debemos individualizar al máximo y hablarles en cada situación, haciéndoles partícipes a través de actividades, juegos, asambleas, etc.

Estas son algunas técnicas que podemos aprovechar y usar para mejorar la comprensión y expresión oral de nuestros alumnos o hijos:

  • Narraciones, ya que su uso es muy eficaz para estimular el lenguaje oral, además el adulto tiene la opción de relatarlo de diversas maneras, con o sin gesticulación, usar entonaciones diferentes, hacer partícipes a los niños, etc. Los cuentos dan mucho juego, se puede utilizar uno con final abierto para fomentar la creatividad, planteando nuevas situaciones de los personajes, a nivel grupal o individual. Los cuentos estimulan el desarrollo del lenguaje oral y llevan al niño a un mundo de fantasía donde puede imaginar y crear su propio mundo, además, aprende sobre el mundo físico y social, sobre nuevos objetos, fenómenos y relaciones, sobre actitudes, normas y valores.
  • Descripciones, se debe partir de una observación (directa o indirecta), podemos realizar todo tipo de descripciones, de animales, de objetos, de personas, de situaciones, etc. Es importante conocer bien a nuestro alumnado y colocarles correctamente en el aula para que todos puedan observar aquello que van a describir. Se puede comenzar por la manipulación (si es un objeto, por ejemplo), para que recaben la mayor información posible; el docente será su guía y les ayudará a descubrir aquellos detalles que hayan podido pasar por alto mediante preguntas.
  • Diálogos, la conversación se puede dar: educador-niño, educador-grupo de niños, niño-niño, etc. El alumno debe ser capaz y tener la oportunidad de expresarse libremente, puede hablar sobre sus vivencias, sus sentimientos, dar su opinión acerca de un tema concreto, etc. Aquí debemos trabajar la escucha activa, la comprensión y la empatía por parte del grupo entero, fomentando así el respeto y la atención.
  • Dramatizaciones, son muy recomendables para desarrollar el lenguaje oral, además favorecen la creatividad y con ellas se pueden descargar emociones. Todos los alumnos deben participar de una u otra manera, también se pueden turnar y cambiar los roles.
  • Recitaciones, se deben usar fragmentos o textos de fácil memorización, la poesía está muy presente en la vida del alumno y el folklore ofrece una gran variedad de opciones para este fin.
  • Adivinanzas y Trabalenguas, son un recurso muy bueno para ejercitar la memoria, además los niños pueden tirar de imaginación e inventarse sus propias adivinanzas, demostrando su capacidad personal de asociación. Para trabajar con los trabalenguas es importante comenzar con los de menor dificultad para, progresivamente, ir aumentándola.
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