En el anterior post hablaba acerca de la evolución del lenguaje y los aspectos necesarios para su adquisición, en este me centraré en los períodos del lenguaje.

El desarrollo del lenguaje infantil se centra en tres períodos:

  • Período prelingüístico.
  • Período de la palabra-frase.
  • Período de las primeras frases.

Período prelingüístico

En los primeros 3 meses no existe una verdadera comunicación y sobre los 4 meses, el niño empieza a variar su interés, por un lado están los objetos y por el otro los adultos.

Entre los 4-6 meses, el adulto y el niño tienen multitud de juegos, y entre los 6 y 12 meses aparecen gestos como el balbuceo. A partir de los 6 meses el niño presta una particular atención a todos los sonidos (laleo).

El balbuceo es congénito, todos los niños lo emiten por el placer que les produce, y al escucharse, se refuerzan.

Con el tiempo, el balbuceo se convierte en algo intencional y en una respuesta hacia la voz del adulto, en los momentos afectivos se manifiesta la ecolalia (imitación del habla, repetición que hace el niño de palabras o frases), donde aparecen emisiones articuladas imitando las entonaciones de los adultos.

El grito y el llanto cuando nace el bebé es su primera señal comunicativa, nos está indicando que algo le pasa, quizá perciba frío, angustia, etc.

Los recién nacidos también muestran sus emociones a través de la “imitación neonatal” consistentes en actividades visuales, motoras y mímicas.

En las visuales el niño mantiene y sigue la mirada del adulto, en las motoras mueve los brazos, las piernas, los dedos, abre y cierra la boca, etc. y en las mímicas destacan las expresiones faciales como la sonrisa.

El niño, desde que nace, produce unas vocalizaciones no lingüísticas vinculadas con el dolor, el hambre, el placer…es a partir del segundo mes cuando es capaz de producir sonidos vocálicos, los arrullos.

Sobre los 9-10 meses aparece la ecolalia y las primeras vocales claramente pronunciadas (/a/ y /d/).

A los 12 aparecen las primeras consonantes (/p/, /t/, /m/), y en el segundo año se van añadiendo expresiones sin significado, lo que se llama jerga expresiva.

Ya sobre los 24 meses el niño pronuncia todas las vocales y un gran número de consonantes, pero no es hasta los 5 años cuando puede conseguir el dominio total del sistema fonológico.

Período de la palabra-frase

En esta etapa hay una evolución importante, al inicio de los dos años el niño comienza a decir algunas palabras y progresivamente va aumentando la cantidad, cada vez de una manera más ágil, ya que su aprendizaje y crecimiento es rápido. A la etapa de las dos palabras se le llama también habla telegráfica.

La palabra-frase evoluciona a partir de los 18 meses, las diferencias entre los niños suele ser amplia, dejan de emplear palabras sueltas y aisladas para juntarlas de dos en dos.

Estas uniones se organizan a través de una gramática infantil muy diferente a la del adulto, ya que son creaciones propias de los niños. Normalmente son difíciles de entender sin conocer el momento o lugar donde se han pronunciado y suelen ser nombres, verbos, adjetivos y sus combinaciones.

Alrededor del segundo año aparece la distinción del género y el plural, el uso del artículo, los demostrativos, los posesivos y los pronombres personales. La palabra es muy genérica y de momento usan el infinitivo y el presente.

Período de las primeras frases

Durante el tercer y cuarto año el lenguaje crece de forma muy rápida, su vocabulario comienza a tener cientos de palabras, las frases que realizan ya son más complicadas y más largas, incluyen preposiciones y ya aparecen los artículos, el género y el número entre sus frases.

En el tercer año aparecen las reglas de sintaxis, aunque observaremos diferencias entre los niños, aparecen las sobrerregulaciones o hiperregulaciones y cometen errores que antes no cometían, las formas verbales que no han escuchado a los adultos como no saben conjugarlas, aplican sus propias reglas.

Por ejemplo: Ya he volvido del baño.

Esto suele durar poco gracias a la corrección del adulto y a la imitación del niño.

Entre los cuatro y cinco años ya han adquirido los aspectos más importantes del lenguaje, aunque les queda mucho por delante aún, ya que aparece la escuela, los amigos, la televisión, Internet, los libros y diferentes lecturas, los idiomas, etc.

Con el comienzo de su aprendizaje en la lectura y escritura se abre un nuevo acceso hacia diferentes lenguajes, como puede ser el  matemático, aumentando su vocabulario.

No debemos olvidar que cada niño lleva un ritmo diferente de aprendizaje, con lo que debemos individualizar al máximo y hablarles en cada situación, haciéndoles partícipes a través de actividades, juegos, asambleas, etc.

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