Como docente, en el ámbito educativo se podrían aplicar diferentes estrategias cara al buen desarrollo de los alumnos con discapacidad que tengamos en el aula.

Para empezar, la formación de los docentes es vital a la hora de detectar posibles anomalías en los comportamientos de los niños que pueda dar lugar a un problema en su desarrollo.

La detección temprana de estos retrasos en el desarrollo o de discapacidades, es esencial para la puesta en marcha de procedimientos o tratamientos que puedan solventar o ayudar en esas deficiencias.

Al detectar cualquier anomalía, el docente debe ponerse en contacto con el Equipo de Atención Temprana o el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica del centro para que evalúe al niño y puedan confirmar si existe realmente o no esa anomalía, para después comunicárselo a los padres y estos puedan actuar en consecuencia.

Es importante resaltar la función del docente como facilitador de la inclusión de estos niños, promoviendo la igualdad en el aula y fomentando su participación junto al resto de compañeros, a través de actividades, juegos, cuentos, etc.

La estimulación temprana tiene una importancia clara en el desarrollo físico y psicológico del niño, por eso es imprescindible que la trabajemos con los niños.

Tener una buena relación con las familias siempre es beneficioso para el niño, manteniendo una comunicación activa y actuando conjuntamente en la mejora del desarrollo integral de este.

Evidentemente, es imposible corregir todas las deficiencias del entorno escolar, ya que cada niño puede sufrir un tipo diferente de discapacidad. Por tanto, es imprescindible que se tomen las medidas adecuadas para caso en concreto para poder fomentar el desarrollo infantil.

Estas medidas deben recoger algunos criterios como la edad del niño o la etapa de desarrollo en la cual se encuentra, los posibles factores de riesgo que le pueden afectar, la situación psicosocial de la familia y los servicios sociales a los que se puede acudir para obtener una ayuda en función de su discapacidad.

El equipo educativo en su totalidad debe conocer las medidas que vayamos a tomar en relación a los posibles cambios y adaptaciones en el currículo.

La evaluación es una aspecto importante en la identificación de las necesidades de cada niño, por ello se debe hacer meticulosamente, a través de la observación directa y a lo largo del curso, con continuidad. De esta manera sabremos en cada momento en qué punto se encuentra y cómo debemos actuar para apoyarle en su desarrollo y aprendizaje.

Como agentes de inclusión que somos, nunca debemos permitir la marginación, discriminación o abuso sobre ninguno de nuestros alumnos, indistintamente de que tenga o no discapacidad, porque el niño que lo padece no merece ser tratado de esa manera, ni por sus compañeros, ni por ninguna otra persona, de ahí la importancia de educar en valores y fomentar la igualdad y la amistad.

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