El aprendizaje matemático debe realizarse desde planteamientos que se basen en la construcción del mismo por el niño. No hablamos de imponer los conocimientos, sino de reestructurarlos y de que este sea capaz de autoconstruirlos, proceso del cual debemos estar pendientes.
El niño va desarrollando de forma natural unos conocimientos matemáticos, y cuando llega al colegio es recomendable analizar cómo se han conseguido para plantearnos propuestas eficaces para continuar con ese aprendizaje.
Una manera de enseñar las matemáticas en el ciclo de infantil sería a través de actividades, ya que a los niños les resultan muy interesantes; pero el docente debe prepararlas y secuenciarlas correctamente teniendo en cuenta la progresión lógica que conlleva la construcción de significado.
Y todo esto pensando en lograr un desarrollo íntegro del niño y cumplir con las expectativas del currículo planteado en el proyecto del centro.
La matemática es una materia compuesta de unos conocimientos y procedimientos para los cuales se necesita de un instructor para su correcto aprendizaje. Suele llevar a actividades mentales que exigen un alto grado de abstracción, y por ello exige un esfuerzo extra, partiendo siempre de lo concreto a lo general, ya que deben pasar por la abstracción.
Algunas actividades pueden necesitar de otras previas, ya que se requiere comprensión lógica y memoria comprensiva de los contenidos anteriores, el niño debe aprender a razonar y a aplicar los conceptos.

La educación matemática enseña a los niños a:
- Reflexionar acerca de las situaciones.
- Pensar y separar lo que es esencial de lo que no lo es.
- Fomentar el juicio y la distinción entre lo que es verdadero y lo que es falso.
- Organizar el pensamiento, distinguiendo entre causa y efecto.
- Investigar y entender los fundamentos o razonamientos de las cosas.
Debemos ser conscientes, una vez más, que no todos los niños son iguales ni llevan el mismo ritmo de aprendizaje, con lo cual debemos emplear una metodología que favorezca la diversidad y la equidad, y poner a su disposición los medios necesarios para una correcta enseñanza de la materia.
Como docentes debemos conseguir que los alumnos se sientan motivados día a día, de esta manera lograremos que el proceso didáctico sea más simple y divertido, además los niños serán capaces de atribuir sentido a los problemas planteados y el error se usará como aprendizaje activo, siempre desde un enfoque positivo y favorecedor.
Los contenidos o conceptos que vayan a aprender pueden ser a través de experiencias, estas deben ser directas, empleadas con materiales manipulativos, que partan siempre desde el juego, de una forma lúdica (el juego simbólico, de reglas, etc.), deben ser experiencias correctamente organizadas y planteadas, con pautas simples y entendibles y con un orden claro de prioridades para que consigan una construcción efectiva de esos conceptos matemáticos.
Con esto conseguiremos que los niños conozcan los objetos con los que trabajemos y sus cualidades, y una generalización y abstracción conceptuales propias.
Otra opción muy interesante es usar la verbalización después de una actividad para reforzar el aprendizaje, bien sea de manera vivencial o a través de materiales manipulativos.
También se puede aprender a través del dibujo, ya que el niño dibuja su representación mental, todo lo que percibe o conoce acerca del objeto que está dibujando, y puede reproducirlo desde muchas perspectivas o posiciones.
En el siguiente post hablaré de los principios básicos del aprendizaje de la matemática de Dienes, entre otros.
