Antes de dar la voz de alarma a los padres y evitar equívocos en el diagnóstico, se deberá consultar al psicopedagogo del centro sobre las conductas del niño, posteriormente es aconsejable preguntar a los padres si esas conductas se repiten en casa.
Dificultades en el aprendizaje
Los síntomas producidos por el TDAH van a dificultar el aprendizaje del niño puesto que estos influyen en su atención y concentración (su cerebro estructura los contenidos de forma diferente).
Los problemas que pueden surgir van a influir en tareas como leer, escribir, comprender, deletrear, razonar, organizar, etc. y por lo tanto se ven perjudicados los procesos de aprendizaje como pueden ser los adquiridos por textos o por explicaciones (tanto orales como escritas) o la resolución de problemas matemáticos.
Hay, además, otros trastornos que se añaden a los ya mencionados como:
- Negativa desafiante, es el trastorno más frecuente, el niño se muestra hostil y desafiante, hace lo contrario de lo que se le ordena.
- Conducta, se suele dar en la adolescencia, por la existencia de tantos problemas, tanto en casa como en el colegio, saltándose todas las normas impuestas.
- Ansiedad por separación, produce rechazo y alto fracaso escolar, miedo a separarse de sus padres a la hora de ir al colegio o al realizar cualquier actividad.
- Ánimo, el niño se muestra triste, deprimido, tiene ideas de culpa, hay momentos en el que se sentirá inútil y hasta puede llegar a perder el apetito.

Consideraciones generales a tener en cuenta
Los docentes son una pieza clave para dirigir el comportamiento del alumno con TDAH, así como para disminuir los efectos de sus conductas y así poder mejorar su aprendizaje, su habilidad y autoestima. Según la farmacéutica Lilly, que ha investigado sobre este trastorno, hay algunas medidas sencillas pero efectivas para los profesores que tienen niños con TDAH en el aula.
- El profesor debe ser tolerante, paciente y autoritario.
- En el caso de tener que hablar con ellos de algún problema, se hará en privado.
- Valorar el nivel que tiene, identificando así sus habilidades y debilidades.
- En el aula debe haber un número reducido de alumnos y el ambiente de trabajo deberá ser lo más positivo posible.
- Las normas deben ser claras y concretas para que el niño pueda entenderlo fácilmente.
- El alumno deberá colocarse en la 1ª fila, así será más complicado que se distraiga, es aconsejable sentarle entre alumnos tranquilos.
- Se debe tener en cuenta el evitar puertas y ventanas cerca de él porque puede distraerse.
- En su mesa no debe haber más material que el necesario en cada momento, acostumbrándole a que lo que no es necesario no tiene por qué estar visible.
- Las órdenes e instrucciones deben ser cortas y directas, sin que quede ninguna duda de qué se le pide; cuando se tenga que reforzar una conducta del niño siempre se hará refuerzo positivo.
- Los exámenes, pruebas o trabajos, si es posible, se harán de forma oral, las preguntas deben ser breves y en los escritos habrá dos preguntas por cada cara del folio, además se colocará al lado del profesor y si este se altera, se realizará la prueba en dos sesiones o se alargará el tiempo estipulado.
- No se deberá bajar el nivel de exigencia, sino implantar técnicas de modificación conductual y de intervención en el aula para adaptar sus necesidades a la clase.
- Se utilizará el “tiempo fuera” en caso de mal comportamiento, consiste en que se aleje al final de la clase o fuera de ella durante un tiempo determinado.
Todas estas medidas irán acompañadas de una explicación correcta al resto de los alumnos del aula con el fin de que conozcan el porqué del comportamiento de su compañero.
Por otro lado, la comunicación entre las personas que están en contacto con el niño, en este caso entre los padres y el docente, se hace esencial para lograr un mejor rendimiento escolar en el alumno, bien sea a través de agendas, emails o mensajes de texto, etc. Establecer unas rutinas que pueda llevar a cabo le hará más independiente, enseñarle estrategias de estudio, reforzarle en las asignaturas que le cuestan más, etc. tanto desde la escuela como desde casa, sin olvidar el ejercicio físico, el niño debe tener una actividad física activa con sus descansos correspondientes.
Sería conveniente realizar tutorías periódicas para informar a los padres de todos los avances que se logren con el niño, su conducta, su estado emocional e incluso la relación que tiene con sus iguales o profesores.