El cesto de los tesoros y sus características

El cesto de los tesoros es una actividad que va dirigida a los niños entre 6 y 12 meses, en las escuelas es un recurso fundamental en la cual los peques aprenden a través de sus sentidos.

La edad es algo orientativa, ya que podemos usar esta actividad desde que el niño se mantiene sentado hasta pasados los 12 meses, pero cuanto más mayor es, menos caso le hará y tendremos que pasar al juego heurístico.

Fue creado por Elinor Goldschmied, una propuesta que ofrece a los niños la oportunidad de investigar el mundo a partir de sus acciones, favoreciendo su aprendizaje gracias a sus propios descubrimientos.

El educador será un mero observador, a no ser que surja algo por lo que deba intervenir, claro, de esta manera respetaremos la evolución y desarrollo de cada niño. Así que siéntate, observa a tus peques y disfruta del momento que están viviendo y experimentando.

¿Por qué digo que aprende a través de sus sentidos?

  • A través de la vista ve los objetos, los observa y examina.
  • A través del tacto los coge, los manipula y los reconoce.
  • A través del gusto los saborea y nota la diferencia entre unos y otros objetos.
  • A través del olfato experimentará su olor cuando se lleve el objeto a la boca.
  • A través del oído percibirá sus diferentes sonidos en caso de tenerlos, o al chocar unos objetos con otros.

¿Cómo se juega al cesto de los tesoros?

Usaremos un cesto de mimbre y lo llenaremos con objetos variados con diferentes texturas, colores, peso, temperatura, sonidos y materiales para que causen un efecto de curiosidad y así puedan percibir las diferencias entre unos y otros. La cantidad de objetos dependerá del tamaño del cesto, pero debemos asegurarnos de que haya un número grande de objetos para que el aprendizaje sea mayor.

Los objetos no son simples juguetes, sino objetos cotidianos, debes asegurarte de que su tamaño se lo suficientemente grande como para que no se lo pueda tragar, que no tenga bordes afilados con los que dañarse, que sea resistente y no se parta o rompa y que no tenga componentes nocivos o tóxicos.

También debes limpiarlos después de cada uso para mantener la higiene en el aula (o si lo practicas con tu peque en casa) y cambiarlos si ves que alguno se estropea o se rompe. Es importante variar los objetos de vez en cuando para que no pierdan la curiosidad y se puedan crear nuevos estímulos para un aprendizaje mayor.

Algunos ejemplos de estos objetos pueden ser:

Cucharas de madera, esponjas de baño, rulos del pelo, morteros de madera, cepillos del pelo, piñas, trozos de tela, pinzas de la ropa, moldes de silicona de pasteles, coladores, batidores, hueveras de cartón, cepillos de uñas, piedra pómez, calabazas secas, ovillos de lana, brochas de afeitar, cepillos de calzado, brochas de maquillaje, cepillos de dientes, cucharas de metal, abridores de botellas, armónicas, tubos de cartón, funda de las gafas, espátula de goma, cintas de tela de diferentes texturas y colores, embudos, cadenas, etc.

¿Qué beneficios tiene el cesto de los tesoros?

  • Favorece la coordinación motora y óculo-manual.
  • Se inician en la exploración y observación de objetos, que les resultará útil para futuras categorizaciones.
  • Aprenden a su propio ritmo a través de la estimulación sensorial.
  • Fomenta la motricidad gruesa y la motricidad fina.
  • Estimula la capacidad de atención y la concentración.
  • Descubre los diferentes atributos de los objetos: peso, volumen, color, sonido, textura, etc.
  • Disfruta y experimenta la emoción de la sorpresa.
  • Se divierte aprendiendo.

El Síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger se encuentra dentro de los Trastornos del Espectro Autista y es un trastorno del desarrollo que padecen algunas personas y que se caracteriza por:

  • Tener dificultades en la interacción social, tanto en su comunicación como en su comportamiento.
  • Ser personas inocentes o ingenuas.
  • Incomprensión de las bromas o ironías al interpretar todo literalmente.
  • Fijación por las rutinas, ya que sin ellas se sienten perdidos.
  • Rechazar automáticamente los cambios.
  • Tener intereses limitados que a la vez son muy duraderos en el tiempo y de los que se pueden convertir en expertos.
  • Poseer menor empatía hacia los demás al no reconocer o distorsionar los sentimientos o emociones.
  • Tener dificultad para abstraer conceptos.
  • Existir dificultades en la coordinación motora.
  • Sentir sensibilidad hacia sonidos o luces estridentes.
  • Tender al balanceo o a los movimientos repetitivos cuando se concentran en algo.
  • Disponer de una memoria insólita para los detalles.
  • Tener problemas de sueño o de alimentación.

Este trastorno es muy frecuente (de 3 a 5 por cada 1000 nacimientos), con un mayor porcentaje en niños que en niñas y se muestra de manera diferente en cada persona, aunque tengan algunas características en común.

Bajo mi punto de vista el Trastorno de Asperger se podría considerar como una carencia de habilidades sociales, puesto que, tanto niños como adultos, tienen una inteligencia normal, e incluso a veces superior, y su discapacidad solo se manifiesta a través de las relaciones sociales que llevan a cabo y que suelen ser problemáticas a causa de sus comportamientos.

Por ello la importancia de una identificación precoz del trastorno para poder ofrecer una respuesta educativa correcta y una adecuada ayuda para afrontar su vida social y personal.

El ser humano es un ser social por naturaleza y su vida está enmarcada dentro de una continua interacción social. Para desenvolverse adecuadamente ante estas circunstancias es necesario que se maneje un repertorio amplio de Habilidades Sociales en la vivencia cotidiana.

Estas podrían definirse como un conjunto de comportamientos con los que podemos relacionarnos con los demás de una forma satisfactoria. Se pueden aprender y ello requiere entrenamiento y práctica. El objetivo es proporcionar pautas que ayuden a ser personas socialmente más eficientes.

Una definición bastante completa de habilidad social la ofrece Vicente E. Caballo[1]:

“La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo, en un contexto interpersonal, que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo, de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.”


[1] CABALLO, V.E.: Teoría, evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Promolibro. Valencia, 1987

Dentro de las Habilidades Sociales se diferencian tres tipos:

  • Cognitivas: Son aquellas en las que intervienen elementos psicológicos y están relacionadas con la función de pensar.

Algunas pueden ser: Identificar gustos, deseos, preferencias, resolver problemas, autorregularse, autorreforzarse, etc.

  • Emocionales: En las mismas está implicada la expresión de emociones. Están relacionadas con la función de sentir.

Algunas pueden ser: Expresar sentimientos, controlar la ira, resolver el miedo, entender lo que le pasa a otros, etc.

  • Instrumentales: Son aquellas que tienen una utilidad concreta. Están relacionadas con la función de actuar.

Algunas pueden ser: Conversar, hacer preguntas, callar, rechazar provocaciones, expresión del cuerpo, etc.

Para favorecer una mejoría en la competencia social habría que trabajar:

  • El entrenamiento en habilidades sociales, estrategias, programas y técnicas para aprender y adquirir las habilidades sociales necesarias.
  • La comunicación, elemento fundamental de las habilidades sociales.
  • La asertividad, como forma adecuada de conducta en relación con los demás. Incluye la empatía y la escucha activa como aspectos fundamentales para una buena comunicación con el otro.
  • La Inteligencia emocional y la educación emocional, que conlleva, entre otras cosas, la regulación y expresión de las emociones.
  • La reestructuración cognitiva, o cambio de los pensamientos negativos que impiden actuar de manera adecuada.

Como buenos docentes debemos estar al día de técnicas y estrategias que puedan ayudar a nuestros alumnos a resolver dificultades de esta índole, siempre en colaboración con los diferentes Equipos y la familia.

La Psicomotricidad

Técnica que tiene como objetivo el desarrollo global de la persona, siendo una disciplina educativa, reeducativa y terapéutica. Con ello el individuo desarrolla posibilidades motoras, expresivas y creativas de manera que se adapta al medio que le rodea.

Objetivos de la Psicomotricidad

El objetivo fundamental de la psicomotricidad es el desarrollo armónico de la persona. Sus aplicaciones prácticas persiguen los siguientes objetivos específicos:

  • Enriquecer las experiencias sensoriales, perceptivas, afectivas, cognitivas y motrices mediante el movimiento y el uso del cuerpo.
  • Desarrollar una buena autoestima y una ajustada imagen corporal.
  • Vivir y sentir el cuerpo en su globalidad y en interacción con el medio.
  • Permitir la expresividad motriz para comprender el mundo físico y social.
  • Desarrollar la capacidad de comunicación y creación.
  • Sentar las bases de aprendizajes posteriores de los niños (lectura, escritura, operaciones aritméticas o la comprensión de hechos pasados y futuros).
  • Restablecer, en el caso de trastornos o retrasos psicomotores, las competencias deficitarias o atenderlas para su mantenimiento.

Acción sobre el objeto

El movimiento corporal puro (levantar los brazos o andar) pierde peso en el comportamiento del niño ya que prima el movimiento con una finalidad concreta: la acción sobre el objeto. El niño manipula los objetos para dominar su uso y conocer las características del espacio-tiempo. Afianza una serie de destrezas psicomotoras.

Se involucran componentes cognitivos ausentes en niveles anteriores, donde la experimentación no estaba guiada por procesos intelectuales.

El niño demuestra que está estructurando la información que recibe del medio a través de sus sentidos e integrándola en esquemas que relacionan la información perceptiva y la motora.

Son acontecimientos donde aparecen la motricidad fina y la manipulación manual, descubrimiento del que puede transformar y manejar objetos por medio de la manipulación y le permite conseguir un control en el que se asentarán las bases del futuro aprendizaje de la lectoescritura.

La detección de las situaciones perceptivo-motóricas

Se identifican fácilmente porque el niño investiga el espacio y el tiempo con su movimiento. Esto se puede apreciar atendiendo a los siguientes detalles:

  • Juega con el espacio y lo tiene en cuenta en su acción. Ajusta su movimiento a las distancias y los tamaños de los objetos.
  • Intenta adaptar su juego a las propiedades del objeto: su peso, su tamaño, su forma, su textura e incluso su color.
  • Juega con el tiempo, ajustando su movimiento a un ritmo más lento o más rápido.

El docente debe aprovechar la motivación intrínseca del niño para estimular su toma de conciencia del espacio y del tiempo que le rodea, con el objetivo de que su relación con la realidad circundante sea más ajustada.

Uso de materiales, espacios y tiempo en las situaciones perceptivo-motóricas

En las situaciones perceptivo-motóricas se utiliza un espacio reducido, ya que los movimientos requieren más precisión que amplitud. Son característicos los lugares para aparecer y desaparecer y los pequeños rincones que sirven de escondrijos. Los objetos tienen mayor rigidez y formas estables, lo que permite su uso como instrumentos de manipulación o bien su combinación. Algunos materiales típicos:

  • Picas, aros o raquetas.
  • Pelotas de diferentes tamaños y pesos.
  • Productos con los que el niño pueda amasar, pintar o crear formas diversas: plastilina, pintura de dedos, témpera, harina y agua, etc.
  • Columpios o estructuras de psicomotricidad.
  • Juguetes para insertar, encajar, construir, fijar golpeando, guiar por un carril, etc.
  • Materiales de la vida cotidiana que requieran una manipulación muy precisa: el ratón del ordenador, el cepillo de dientes, los cubiertos, etc.

La función del docente como facilitador de la inclusión

Como docente, en el ámbito educativo se podrían aplicar diferentes estrategias cara al buen desarrollo de los alumnos con discapacidad que tengamos en el aula.

Para empezar, la formación de los docentes es vital a la hora de detectar posibles anomalías en los comportamientos de los niños que pueda dar lugar a un problema en su desarrollo.

La detección temprana de estos retrasos en el desarrollo o de discapacidades, es esencial para la puesta en marcha de procedimientos o tratamientos que puedan solventar o ayudar en esas deficiencias.

Al detectar cualquier anomalía, el docente debe ponerse en contacto con el Equipo de Atención Temprana o el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica del centro para que evalúe al niño y puedan confirmar si existe realmente o no esa anomalía, para después comunicárselo a los padres y estos puedan actuar en consecuencia.

Es importante resaltar la función del docente como facilitador de la inclusión de estos niños, promoviendo la igualdad en el aula y fomentando su participación junto al resto de compañeros, a través de actividades, juegos, cuentos, etc.

La estimulación temprana tiene una importancia clara en el desarrollo físico y psicológico del niño, por eso es imprescindible que la trabajemos con los niños.

Tener una buena relación con las familias siempre es beneficioso para el niño, manteniendo una comunicación activa y actuando conjuntamente en la mejora del desarrollo integral de este.

Evidentemente, es imposible corregir todas las deficiencias del entorno escolar, ya que cada niño puede sufrir un tipo diferente de discapacidad. Por tanto, es imprescindible que se tomen las medidas adecuadas para caso en concreto para poder fomentar el desarrollo infantil.

Estas medidas deben recoger algunos criterios como la edad del niño o la etapa de desarrollo en la cual se encuentra, los posibles factores de riesgo que le pueden afectar, la situación psicosocial de la familia y los servicios sociales a los que se puede acudir para obtener una ayuda en función de su discapacidad.

El equipo educativo en su totalidad debe conocer las medidas que vayamos a tomar en relación a los posibles cambios y adaptaciones en el currículo.

La evaluación es una aspecto importante en la identificación de las necesidades de cada niño, por ello se debe hacer meticulosamente, a través de la observación directa y a lo largo del curso, con continuidad. De esta manera sabremos en cada momento en qué punto se encuentra y cómo debemos actuar para apoyarle en su desarrollo y aprendizaje.

Como agentes de inclusión que somos, nunca debemos permitir la marginación, discriminación o abuso sobre ninguno de nuestros alumnos, indistintamente de que tenga o no discapacidad, porque el niño que lo padece no merece ser tratado de esa manera, ni por sus compañeros, ni por ninguna otra persona, de ahí la importancia de educar en valores y fomentar la igualdad y la amistad.

El desarrollo del niño en la primera infancia, la pobreza y la discapacidad

El desarrollo infantil son los cambios biológicos y psicológicos que sufre un ser humano desde que nace hasta que finaliza su etapa adolescente. Si durante su desarrollo el niño se expone a factores de riesgo, es posible que afecte a varios aspectos de su vida. Estos factores son la pobreza, el estigma y la discriminación, la interacción entre el niño y sus padres o cuidadores, la institucionalización, la violencia, el abuso y el abandono, y el acceso limitado a programas y servicios.

¿Qué consecuencias tiene la pobreza en la primera infancia?

La pobreza es más que un problema en la sociedad en la que vivimos, las carencias que tienen los niños que viven en ella pueden repercutir en consecuencias de por vida, no solo en la edad temprana, afectando a su desarrollo físico, psicológico y educativo.

Los niños que viven en la pobreza suelen sufrir de “nutrición inadecuada, falta de saneamiento e higiene, exposición a infecciones y enfermedades, falta de acceso a la atención de la salud, vivienda inapropiada o falta de vivienda, atención inadecuada de los niños, exposición a la violencia, el abuso y el abandono, mayor tensión y depresión maternas, institucionalización y falta de estímulo”, según Unicef.

Además, los niños que se alimentan inadecuadamente, aumentan la probabilidad de sufrir de adultos enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad, anemia, descalcificación de los huesos y tener más propensión a las enfermedades respiratorias e infecciosas, según José Mª Moreno, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, según una entrevista en RTVE.

La pobreza puede, incluso, incrementar la posibilidad de tener discapacidad a causa de los diferentes factores que inciden sobre ella.

El estigma y la discriminación en niños con discapacidad son muy comunes, ya que la gente, en general, desconoce los motivos o no tiene la suficiente información acerca de esas discapacidades y optan por la exclusión, haciéndola patente con actitudes y comentarios negativos hacia el niño marginado.

El papel de las familias

Algunas familias, por vergüenza y miedo, suelen esconder o maltratar al niño con discapacidad por el simple hecho de que no está bien visto en su cultura, lo que conlleva a que finalmente estos niños acaben teniendo problemas de salud y una vida social muy limitada o nula, aumentando su probabilidad de sufrir abuso, violencia o abandono.

Tener una buena relación familiar es esencial para un adecuado desarrollo del niño, algunas familias no pueden asumir este papel cuando uno de sus hijos tiene alguna discapacidad y les supone una tensión continua que repercute tanto en el niño como en el resto de personas que conforman la unidad familiar.

Algunos niños con discapacidad requieren de multitud de apoyos a causa de su deficiencia, y para las familias este hecho se puede convertir en un problema económico, a la vez que se produce un aislamiento de los grupos que no aceptan la diversidad funcional.

Además la falta de apoyo económico sumado al insuficiente apoyo social puede deteriorar la salud física y mental de los progenitores, que cada vez se sienten más cansados por la situación, lo que puede conllevar a problemas familiares como el divorcio o hermanos aislados, entre otros.

No obstante, no en todas las familias ocurren estos conflictos, y los niños con discapacidad son valorados y queridos por sus familiares, protegiéndoles y animándoles a aprender y ser cada vez más independientes.

Para un buen desarrollo íntegro del niño, con discapacidad o sin ella, debe formar parte de una familia, sea biológica, adoptiva o de acogida, ya que el internamiento puede provocarle consecuencias físicas y psicológicas debido a una carente estimulación o falta de atención sanitaria, nutricional y emocional, aumentando la posibilidad de sufrir además, abandono, aislamiento social y abuso.

Otros aspectos que influyen

También suelen ser más vulnerables a ciertos abusos como el físico, sexual y psicológico, ya que al estar aislados socialmente cuentan con tal indefensión que les convierte en presas fáciles para ser víctimas de la violencia o de explotación, tanto en sus ámbitos familiares como fuera de estos, provocando retrasos en su desarrollo y problemas de conducta.

Las situaciones que se viven en las catástrofes humanitarias convierten al niño con discapacidad en un blanco fácil de marginación y abandono, pudiendo sufrir violencia o abusos.

En ocasiones los familiares están tan desolados por lo ocurrido que no prestan la debida atención a los niños, pudiendo afectarles negativamente a su salud y añadiendo deficiencias que anteriormente no padecían.

La falta de alimentos y asistencia médica son condiciones extras para que estos problemas se agraven.

Por último, el acceso a los servicios generales se hace vital tanto para el buen desarrollo de los niños con discapacidad, como para su bienestar y salud y su inclusión en la vida social.

A veces, estos tienen dificultades para tener una adecuada atención médica, como la carencia de vacunas o tratamientos para posibles enfermedades.

En el área de la educación tienen más probabilidades de no acudir a la escuela, y los que sí lo hacen son marginados, tanto por maestros como por sus compañeros.

Muchos de estos niños, para cubrir ciertas necesidades de desarrollo, necesitan tener otro tipo de enseñanza complementaria o servicios especializados, siendo insuficientes o demasiado costosos en muchos países.