Concepto y características del juego
El juego es una de las características más importantes que realiza el ser humano, mientras dura nuestra infancia pasamos gran parte del tiempo jugando, bien de forma solitaria o en compañía.
A través del juego conseguimos grandes hitos de nuestro desarrollo, un niño que no juega posiblemente significa que está enfermo, puesto que su prioridad en su día a día es el juego, se involucra de manera plena y su proceso de maduración va a la par que el juego.
El juego es un área de ocupación humana, comprendiendo la ocupación como actividades, rutinas, hábitos que en patrones de tiempo, dan sentido y calidad a nuestra vida.
Pero jugar no es tan solo una ocupación, va mucho más allá, es una forma de aprendizaje activa, un indicador de que la salud del pequeño se encuentra en perfecto estado y un bienestar que hace de él un ser feliz.
El juego promueve el área cognitiva, psicológica, social, motora, sensorial, etc. el juego es vital en la vida de los niños.
La capacidad de jugar no es innata, se aprende a lo largo de los primeros meses del bebé y la forma de juego va evolucionando con el paso de los meses y años. Los estímulos que le ofrecen sus padres (o figuras de apego) es lo que provoca en él las respuestas lúdicas y de interacción que irán progresando poco a poco, comenzando por explorar su entorno, descubriendo los objetos que le llaman la atención, manipulándolos y haciéndolos sonar (si estos tienen sonido), consiguiendo placer en ello.
Otra forma de juego es la imitación de los adultos a través de los gestos, muecas, sonrisas, etc.
Existen, en la actualidad, muchas definiciones del juego, algunos autores la definen así:
El juego, según Carr «es un agente de crecimiento de los órganos y estimula la acción del sistema nervioso». «Es la base existencial de la infancia, agrega Rusell, una manifestación de la vida que se adapta perfectamente a la inmadurez del niño, al desequilibrio en el crecimiento de las diversas funciones y al curso asincrónico del desarrollo» . Y Sutton-Smith: «El juego existe en la niñez porque el pensamiento no está preparado para sus funciones».
“Una actividad libre y flexible en la que el niño se impone y acepta libremente unas pautas y unos propósitos que puede cambiar o negociar, porque en el juego no cuenta tanto el resultado como el mismo proceso del juego”.
Thió de Pol, Fusté, Martín, Palou, Masnou (2007).
Gross (1989) concibe el juego como “un modo de ejercitar o practicar los instintos antes de que éstos estén completamente desarrollados (…) el juego consiste en un ejercicio preparatorio para el desarrollo de funciones que son necesarias para la época adulta” (p. 236).
Piaget considera que el juego es el medio a través del cual el niño se desarrolla y entra en contacto con el medio que le rodea, es de este modo como mejor podrá comprender y asimilar la realidad.
“Un factor básico del desarrollo, un contexto específico de interacción en el que las formas de comunicación y de acción entre iguales se convierten en estructuras flexibles e integradoras que dan lugar a procesos naturales de adquisición de habilidades específicas y conocimientos concretos referidos a los ámbitos de los temas que se representan en el juego y a los recursos psicológicos que se despliegan en el mismo.
Algunas características del juego:
- Es divertido y placentero.
- Involucra al niño a ser partícipe y hacer, sea como sea el juego.
- Implica que pueda elegir libremente sin necesidad de una obligatoriedad.
- Es intrínsecamente motivador y espontáneo.
- No existen las reglas y el pequeño es guía de su propio juego.
- No se enfoca en los resultados, sino en el proceso y en los objetivos.
- Fomenta la creatividad y la imaginación, ya que no se limita por la realidad.
- Favorece el proceso de socialización.
- Es fuente de aprendizaje y desarrollo.
- Tiene limitación temporal y espacial.
Aplicaciones terapéuticas del juego
En la escuela nos podemos encontrar niños con dificultades motoras, cognitivas y/o emocionales que pueden hacer que no sigan el ritmo de la clase o que, incluso, les imposibilite jugar, lo que conlleva a la frustración, tanto en los pequeños como en el docente.
Cada actividad que se realice debe ir con las adaptaciones necesarias para que el niño pueda participar, por ello es importante la colaboración del equipo educativo, tanto para ofrecer ideas y pautas a seguir, como para servir de apoyo el día de la actividad si se requiriera.
En estos casos, el Equipo de Atención Temprana también nos puede guiar y aconsejar acerca de cuáles son las mejores actividades para realizar en el aula con un niño con este tipo de dificultades.
Podemos plantearnos ciertas preguntas para saber si la actividad que tenemos en mente es adecuada o no:
- ¿Qué características tiene la actividad y qué pasos hay que seguir para realizarla?
- ¿Qué hace que la actividad sea fácil o difícil?
- ¿Se puede realizar de otra manera?
- ¿Se pueden hacer modificaciones que hagan de la actividad más llamativa para el niño?
A continuación detallaré algunos aspectos necesarios que se deben adoptar si hay que realizar alguna adaptación:
Sobre los objetos:
Cuando vayamos a realizar una actividad o un juego se debe tener en cuenta si los materiales o los objetos son adecuados, por ejemplo, si vamos a utilizar los bloques de construcción hay que cerciorarse si estos tienen el tamaño correcto para que el niño pueda manipularlos bien, o dependiendo de la dificultad que tenga el niño, deberemos analizar la textura del material, los colores o el peso, entre otras características, para que se favorezca su uso y además le sirva para aumentar la información sensorial del mismo.
Sobre el espacio:
Debemos pensar en si la actividad o el juego se realiza en sedestación, bipedestación o decúbito, ya que estas posturas requieren que el niño pueda mantener el equilibrio y el control postural. Podemos modificarlo y hacerlo en vez de de pie en sedestación si de esta manera ayudamos al niño a tener una menor carga motora, por ejemplo, si vamos a pintar un mural sobre una mesa lo podemos hacer en el suelo.
Sobre el tiempo:
¿Cuánto dura la actividad o juego que vamos a realizar con los peques? Es una pregunta que tenemos que hacernos para saber si el niño es capaz de mantener la atención y la concentración mientras dure, ya que los niños con dificultades cognitivas es posible que les resulte difícil participar por completo, lo cual es mejor ajustar los periodos y dividir la actividad por partes, en diferentes días.
Sobre el nivel social:
Ya sabemos que existen juegos o actividades que se realizan de forma individual, paralela o en grupo.
En el individual el niño no necesita conductas para relacionarse como puede ser compartir material, la espera de turno, etc.
En el paralelo el niño debe compartir el espacio e incluso materiales.
En el grupal es cuando pueden surgir algunas dificultades, ya que el niño tiene que aprender a jugar con los demás y desarrollar aspectos importantes como la empatía. Por ello es necesario comenzar por juegos o actividades sencillas e ir subiendo de nivel según vayamos viendo al grupo.
Funciones y estructuras corporales:
Antes de comenzar con la actividad o el juego habría que analizar qué habilidades motoras, cognitivas, sensoriales y socio-afectivas van a ser necesarias, por ejemplo:
Habilidades motoras:
- La postura.
- La movilidad.
- La coordinación.
- La fuerza.
- El esfuerzo.
- La energía.
Habilidades cognitivas:
- El conocimiento.
- La organización temporal del espacio y los objetos.
- La adaptabilidad.
Habilidades sensoriales:
- El procesamiento visual.
- El procesamiento táctil somato sensorial.
- El procesamiento vestibular y propioceptivo.
Habilidades socioafectivas:
- La expresión corporal.
- El intercambio de información y las relaciones.
- La empatía.
- La reciprocidad.
El pensamiento lógico
El pensamiento lógico es aquel pensamiento que surge de la interacción entre el sujeto y el medio físico y social y procede de la propia elaboración del individuo, es decir, no puede enseñarse de forma directa sino que se desarrolla a través de la observación sensorial del entorno, la manipulación, experimentación, comparación y clasificación de los objetos, la verbalización de los descubrimientos y el JUEGO.
Estas acciones sobre el mundo real llevarán al niño a construir las relaciones que conforman los conocimientos lógico-matemáticos:
- Conservación de la materia.
- Reversibilidad.
- Correspondencia término a término.
- Seriación (relación de orden).
- Clasificación (relación de equivalencia).
A nivel matemático, este pensamiento, acompañado de la simbolización progresiva, proporciona al niño una serie de habilidades que le permiten construir conocimientos relativos a los números y sus operaciones, la resolución de problemas, la geometría, la magnitud y la medida.
Una actividad que se puede realizar en el aula para trabajar el pensamiento lógico podría ser:
“Baile numérico”
Nivel: De 4 a 6 años
Material: un radiocasete para la música, flashcard o cartulinas con los números que queramos usar.
Número de jugadores: Todo el grupo aula.
Reglas: Se pone música para que los niños bailen por la sala, mientras se desplazan por ella el docente detendrá la música y dirá un número, de modo que los niños tendrán que hacer grupos del número que haya dicho.
Variante 1: Mientras bailan, el docente puede aprovechar para trabajar las nociones espaciales (arriba, abajo, derecha, izquierda, etc.).
Variante 2: En vez de decir el número en alto, el docente enseñará una flashcard o una cartulina con el número escrito.
Variante 3: La cartulina tendrá una suma sencilla para formar el grupo.
Competencias y Objetivos:
- Reconocer los números que va diciendo el docente.
- Vivenciar el juego a través del propio cuerpo y del movimiento.
- Fomentar el trabajo en equipo.
Contenidos:
- Posiciones espaciales.
- Números.
Vocabulario que se trabaja:
- Las palabras relativas a las nociones espaciales.
- Los números que se quieran trabajar en dicha sesión.
Diálogo o comentario posterior: “¿Qué números hemos trabajado hoy? ¿El 6 va detrás de qué número? ¿Y cuál va delante? Vamos a repasar las sumas de la actividad…4+3, ¿cuánto habíamos dicho que es?”
Los juegos matemáticos en la Educación Infantil
Diversas teorías, tanto clásicas (siglo XIX y principios del XX) como modernas (a partir de la década de 1960), avalan que el juego es una práctica especialmente importante en la vida de los niños, ya que es su modo natural de interactuar, de aproximarse y de comprender la realidad que les rodea; es su forma principal de aprender y ejercitar destrezas.
Así, la Teoría Pragmática o del Pre-ejercicio de Karl Gross postula que el juego surge de una predisposición innata que conduce a las personas a estar activas y a potenciar sus cualidades y funciones biológicas para adaptarse al medio. Es la forma primordial de aprendizaje. Para el niño, la finalidad del juego está en sí misma, ya que presta más atención a los procesos que a los resultados, y eso le permite probar y experimentar mediante ensayo y error con total libertad.
Del mismo modo, la Teoría Psicoevolutiva de Piaget muestra que el juego participa del establecimiento y desarrollo de nuevas estructuras mentales y la Escuela soviética de Vygostsky y Elkonin señala al juego como impulsor del desarrollo que emerge de la necesidad de conocer y que el juego conforma el surge de la necesidad de conocer, reconocer y dominar los objetos del medio.
En definitiva, el juego se presenta como una actividad, tanto física como mental, que despierta el interés y la motivación en los niños y les ayuda a desarrollar estrategias para resolver sus problemas, lo que aumenta la confianza en sí mismos. Además, contribuye a su crecimiento y maduración favoreciendo la socialización y el desarrollo de su personalidad.
Por lo dicho anteriormente, el modelo lúdico como método de intervención educativa basada en el juego, se ha convertido en un instrumento más que adecuado en el proceso de construcción del conocimiento matemático en el ámbito escolar al tratarse de un acto insustituible en el desarrollo psicosocial del niño; aprendemos como consecuencia del juego.
Dicho modelo parte de un diagnóstico previo de la situación de los niños y comprende unos objetivos didácticos y una justificación razonada de las propuestas de intervención. También es necesario organizar el tiempo, el espacio y los recursos educativos además de tener instrumentos eficaces para evaluar.
Desde la perspectiva de la Teoría de las Situaciones Didácticas y de la Educación Matemática Realista (EMR), las situaciones problemáticas que se planteen deben presentarse en contextos significativos próximos a la experiencia previa de los alumnos y estar diseñadas para provocar en ellos la necesidad de actuar, comunicarse e interaccionar con sus iguales, el docente y con el entorno físico y de utilizar recursos matemáticos para su organización y solución.
De este modo, los alumnos se sitúan como sujetos activos en el proceso de enseñanza-aprendizaje organizando su actividad, tomando sus propias decisiones, comprobando sus estrategias y relacionándose socialmente, es decir, construyen su propio conocimiento matemático desde la acción e interacción como instrumento de adaptación en respuesta a los obstáculos surgidos en contextos funcionales.
Para finalizar, debemos destacar el papel a desempeñar por el docente como promotor de la investigación, organizador, animador, facilitador de situaciones problemáticas, guía y mediador entre estas y los alumnos.
Juegos y actividades para la estimulación auditiva
En el anterior post hablaba acerca de la estimulación auditiva en los más pequeños, en este comentaré algunos juegos y actividades que podrás realizar con ellos y así conseguir estimularlos.
Es importante alentar y reforzar sus emisiones mediante el juego vocal, se recomienda aprovechar al máximo los momentos que se comparten con el niño, como pueden ser los cambios de pañal, su baño, y momentos en el que el niño está tranquilo y cómodo, para jugar, hablar, cantar, etc.
En esta etapa es cuando se hace más necesaria la estimulación de la coordinación oculoauditiva, es decir, la conexión de la vista y el oído.
Para ello es necesario realizar juegos o actividades que incluyan:
Hacer ruido con un sonajero: Favorece la estimulación auditiva y táctil del bebé, se pueden usar sonajeros con cascabeles o con piezas que choquen entre sí cuando el bebé lo agarra y lo zarandea. El sonido se recomienda que sea suave para que le proporcione calma y bienestar.
En el primer mes: El bebé no podrá hacer sonar el sonajero, es recomendable que se lo des para que lo agarre y, suavemente, colabores con él para agitarlo. Así interiorizará que siempre que mueve la mano y sostenga el sonajero, este sonará. Así aprenderá a asociar los sonidos y objetos, comenzando a coordinar los sentidos del oído y la vista.
A los cinco meses: El bebé descubre que el sonido del sonajero lo provoca él cuando lo agita con sus manos.
De los cinco a los siete meses: Verás que el bebé muestra grandes avances. La columna vertebral y los músculos del cuello se están fortaleciendo y sus movimientos son cada vez más seguros. Aumenta el desarrollo de los sentidos, sobre todo la visión y el oído.
De los ocho a los doce meses: En esta etapa los niños comienzan a gatear, sentarse solos, desplazarse y alcanzar los objetos que ven y que desprenden sonidos. Tienen mayor control sobre su cuerpo y en las direcciones que toma, y más cuando una fuente de sonido les atrae.
Se destacan dos estímulos importantes a partir de esta etapa:
Repeticiones: Posibilitan que el niño vaya reconociendo los sonidos y se gire cuando los escucha de espaldas.
Acompañamiento: El sonido puede ir unido a otros estímulos sensoriales como la vista, esto ayuda que al escuchar un sonido pueda reconocer su procedencia.
PROGRAMACIÓN DE ESTIMULACIÓN AUDITIVA
- Provocar en el niño emisiones de vocales haciéndole caricias o cosquillas.
- Escuchar audios con diferentes volúmenes de sonidos.
- Estimular con objetos que emitan sonidos y colocarlos en diferentes direcciones con el fin de que gire la cabeza hacia el lado donde aparece el sonido. Si no ubica en qué dirección proviene el sonido hay que ayudarle, aumentando progresivamente la distancia.
- Estimular con coordinación los sentidos del oído y del tacto, haciendo que el niño agarre un sonajero, una campana o un llavero y animarlo a que lo haga sonar.
- Favorecer su escucha a través de pequeñas órdenes con el fin de que las entienda y las cumpla (en forma de juego).
- Cantar canciones cortas y hacer que las repita.
- Arrancar una hoja de un cuaderno haciendo que esta desprenda un suave sonido, luego esta hoja la arrugaremos suavemente y rápidamente haremos distintos ritmos.
MEMORIA AUDITIVA
- Creas pequeñas secuencias rítmicas con las palmas.
- Repetir palabras, nombres, letras, si no posee lenguaje, vocalizaciones y balbuceos.
- Tararear canciones.
PERCEPCIÓN AUDITIVA (12-24 meses)
- Hacer juegos donde el sonido y los gestos vienen coordinados: Risa, bostezo, llanto, ronquidos, estornudos, etc. (asociándolos a una acción y al estado de ánimo).
- Narrar cuentos donde los personajes sean animales, haciendo la interpretación de los mismos.
- Utilizar instrumentos variados para distinguir sus sonidos.
- Hacer una actividad donde se empleen diferentes tonos de sonidos: alto- bajo, grave-agudo.
A partir de los dos años: El manejo del lenguaje y su destreza manipulativa hace que el niño pueda cantar canciones o utilice y fabrique diferentes instrumentos musicales. En esta etapa es muy importante que aprenda a diferenciar distintos ritmos, estimulando así el sentido del oído.
Tanto los docentes como los papás pueden aprovechar la gran variedad de recursos que nos ofrece la música para trabajar con los pequeños.